La Educación Infantil que queremos
En
esta etapa la evolución que experimenta el alumnado es la mayor y la más
velocidad que va a tener en toda su vida, es preciso ser exigentes en cuanto a
la calidad educativa que les debemos ofertar para acompañarlos en este proceso.
Queremos:
Centros públicos de educación infantil que cubran toda la etapa y estén
integrados en el sistema educativo gallego.
Ya
que toda la Educación infantil está reconocida como una etapa educativa debe haber centros públicos que
ofrezcan plazas escolares de esta etapa y, por lo tanto, deben pertenecer a la Consellería de
Educación.
Actualmente se considera que la oferta “pública” para el 1º ciclo de
Infantil son las Galiñas Azuis que se construyeron en terrenos de los
ayuntamientos, con cartos públicos y están gestionadas por el Consorcio Gallego
de Igualdad.... (ente “integrado por la Xunta de Galicia, 272 ayuntamientos
gallegos y 4 mancomunidades, es la fórmula jurídica escogida para una gestión
moderna e innovadora de los servicios sociales.” dice su página web).
Queremos Escuelas Infantiles integradas en el sistema educativo que
pertenezcan a la red pública de centros de enseñanza con las características
que esta pertenencia conlleva: gratuidad para las familias, puestos de empleo
público para las trabajadoras y
trabajadores y adscripción a los centros que continúan la escolarización del
alumnado para permitir un tránsito entre centros fluído que no dependa de la
voluntariedad de los trabajadores.
Un horario escolar más reducido para el
alumnado de Infantil. En la actualidad el alumnado de 3 años tiene un
horario lectivo como el de 12 años (25 horas semanales) cuando sus necesidades
son totalmente diferentes.
Este tiempo en el centro se incrementa en el 1º ciclo con el aspecto
asistencial que tienen las Galiñas Azuis, por lo que hay alumnado que llega a
estar más de 7 horas en el centro.
Creemos que este alumnado necesita tiempo de calidad en la familia por lo
que queremos leyes de compatibilidad de la vida familiar y la laboral que
recojan la reducción de horario de los padres, madres o tutores para adaptarlo
a las necesidades de los niños, al contrario de la situación actual en la que
se incrementa el tiempo de los críos en los centros para compatibilizarlos con
el horario laboral de los padres y madres.
Que
se mantenga la figura de la pareja pedagógica a lo largo de toda la etapa: dos
adultos con cada grupo de alumnado para facilitar la atención individualizada,
desarrollo de distintas actividades y el intenso cuidado emocional que este
alumnado requiere. Actualmente se está haciendo en las Galiñas Azuis, en el
primero ciclo.
Unas
ratios más reducidas: bajar a 10 alumnos y alumnas en 1 año, 13 en dos
años, 15 en el 2º ciclo de Infantil para poder atender mejor a sus necesidades.
Horaros más flexibles: el horario
compartimentado no ayuda a desarrollar una enseñanza globalizada.
Que
haya un tiempo diario de psicomotricidad y otro de juego libre. Los dos aspectos son imprescindibles para una
buena maduración del alumnado. Cabe señalar que juego libre no quiere decir lo
que se llama habitualmente “recreo” sino juego con coetáneos en espacios con
elementos estimulantes (juego simbólico, construcciones, ropas, cintas,....).
Que se potencie la
autonomía del alumnado siendo eficaces en su cuidado pero evitando la
hiperprotección y permitiendo que experimente, tenga errores o a veces se
frustre. Los límites también ayudan a crecer.
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