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sábado, 11 de abril de 2020

Mareas por la Educación Pública marca el camino del fin de curso escolar ante la ambigüedad de las administraciones educativas. En situaciones excepcionales, medidas excepcionales (Mareas por la Educación Pública)



Lo que se va conociendo sobre la gestión  del fin de curso escolar en una situación excepcional como la que vivimos  -el informe del CEE,  lo que se filtrado de la reunión con el Secretario de Estado de Educación, declaraciones de consejeros de educación autonómicos- es confuso, contradictorio y lleno de ambigüedades.

Sin embargo, todo apunta a que las autoridades educativas pretenden salvar a toda costa la maquinaria burocrática (cumplir con la 3ª evaluación) pasando la patata caliente a los equipos educativos, en nombre de la supuesta y famosa autonomía de los centros. Al mismo tiempo  se le manda al profesorado un mensaje: hay que  «impedir que los estudiantes se “relajen”», hay que evitar “la relajación de la tensión educativa”. En una situación excepcional declarada estado de alarma, resulta francamente obsceno hablar del sistema educativo  en estos términos, como un campo donde hay que mantener la tensión, es decir, la competencia. 

La administración educativa tiene la obligación de hacer una propuesta clara para el fin de este curso escolar y para el curso próximo.

En este sentido, Mareas por la Educación Pública hace la siguiente propuesta:

La propuesta que hace Mareas por la Educación Pública pretende ser lo más clara, concisa y operativa posible y es válida tanto si se retoma la enseñanza presencial como si no. Se intenta evitar entrar en debates para los que no es el momento: no es necesario hablar de aprobado general, de impedir las repeticiones o de promoción de curso generalizada...

Debe quedar claro que con esta propuesta se quiere  poner el acento en la preeminencia de la relación pedagógica presencial frente a la telemática: la educación 2.0 puede ser un recurso pero, incluso si se cierra la llamada “brecha digital”,  jamás podrá suplantar a la relación pedagógica presencial. El hecho de que todo el alumnado tenga acceso a internet o medios informáticos no garantiza el proceso de aprendizaje por razones obvias: las desigualdades económicas y sociales  se hacen ahora más evidentes que nunca y no tienen su origen en las herramientas didácticas que se utilizan.

1. La materia impartida desde que se cerraron los centros no puede ser evaluable dadas las pésimas condiciones,  la disparidad de criterios y de métodos que se han empleado, así como de los recursos a los que han tenido acceso tanto el alumnado como el profesorado.

2. No avanzar materia de ahora en adelante una vez se retome la actividad tras las vacaciones de Semana Santa.  El trabajo telemático que se haga a partir de ahora será exclusivamente de acompañamiento, de repaso y de recuperación.

3. A efectos de evaluación, el curso se considera cerrado en la fecha en la que se decretó el cierre de colegios en cada comunidad autónoma y solo se evaluarán contenidos desarrollados presencialmente. En consecuencia no habrá 3ª Evaluación y  el alumnado que tuviera aprobadas la 1ª y 2ª evaluación se considerará que tiene el curso aprobado. Esto se reflejará en las actas de Evaluación Final que serán en la medida de lo posible presenciales. Conscientes de las particularidades de cada etapa educativa, proponemos que el objetivo de esta evaluación sea el beneficio de cada alumno y alumna. Hay que tener presentes las circunstancias de cada uno, sus posibilidades de acceso a la formación online, tanto por capacidad tecnológica como por la adaptación del currículum que requieren las necesidades educativas especiales. Además esa evaluación debe hacerse consultando con alumnado y familias para tener toda la información y consensuando qué puede ser lo más beneficioso, así como las ventajas o desventajas que podría tener aprobar o suspender una materia.

4. A partir de la vuelta a la actividad el próximo 13 de abril, la labor de repaso tendrá como principal y prioritario objetivo el intentar contactar y trabajar, a distancia mientras dure el confinamiento, con el alumnado que no haya superado los contenidos impartidos presencialmente hasta la fecha en la que se decretó el cierre de colegios en cada comunidad autónoma para que pueda recuperarlos. Para ello es imprescindible que se cubran todas las plazas de bajas y jubilaciones. 

5. Que este objetivo se pueda lograr, dado que la actividad presencial tardará en retomarse, está condicionado a que se cumpla la promesa hecha desde el Ministerio de que se va a dotar de los recursos necesarios a todo el alumnado que no los  tiene a día de hoy. Si no es así,  serán los propios centros los que intentarán contactar con ese alumnado y sus familias para informarles de todo esto  y valorar la situación familiar y su capacidad para seguir las actividades de recuperación.

6. En el caso de quienes tengan contenidos pendientes y no cuenten con  las condiciones mínimas de dotación y/o no tengan una situación familiar idónea para seguir con el trabajo a distancia, los equipos educativos valorarán preferentemente la opción de promocionarles de curso automáticamente. Esto se reflejará en las correspondientes Actas de Evaluación final.

7. Las administraciones, los centros y el profesorado contraen  el compromiso de llevar a cabo las necesarias adaptaciones de las programaciones del próximo curso.  Para ello la administración debe poner los medios adecuados para que también en tiempo normal nadie se quede atrás: menos alumnado por aula y profesor, más docentes, estabilidad de las plantillas, personal y especialistas de apoyo, Equipos de Orientación, PTSC, PTI, AL, ILSE, etc.

11 de abril de 2020
Mareas por la Educación Pública